Aquí tenemos la frontera entre nuestros pueblos y parece una contradicción que se haya escogido el símbolo de los que nos une, la romería, como división para separarnos.
Es la paradoja de dos pueblos que a pesar de la cercanía y de una historia en común, demasiadas veces han preferido mantener las distancias.
Pero también es el lugar donde castillejeros y almendreros se reúnen tres días al año al son de tamboril y flauta y se convierten en un solo pueblo.
Un lugar escogido con sumo cuidado para la reunión de los piedralberos (devotos de Ntra Sra. de Piedras Alba) que se dirigen a la ermita.
En torno a este caballo todos los demás esperan la salida el Domingo de Resurrección y juntos, los dos pueblos, caminan de la mano.
Durante el resto del año, subidos en su pedestal de piedra, jinetes y caballo quizás esperan que como a Pinocho, un hada les de vida y así poder unirse algún día al resto...
Mientras tanto, ellos nos señalan el principio del camino.
Bienvenidos a mi rincón para el recuerdo. Este blog puede valer para que nuestros padres o nosotros evoquemos nuestras vivencias. Además me gustaría que sirviera para que nuestros hijos y nietos no olviden, que tiempo atrás hubo generaciones anteriores, que formaron parte de la vida de estos pueblos y lucharon por la prosperidad que ahora gozan. Mi cariño a todos los Castillejeros y almendreros: los de ayer, los de hoy y los de siempre...
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