jueves, 22 de marzo de 2012

- Cuentos desde mi rincón: Mensaje en una botella


Acabo de cumplir 65 años  y llevo el finiquito de la empresa en el bolsillo para corroborarlo. Me he sentado a la orilla del mar, oteando el horizonte, esperando... no sé realmente que espero. Analizo mi vida y sus razones y se las escribo  a un desconocido, que ni siquiera sé si llegará a leerlas, por el simple hecho de que no tengo a nadie a quien contárselo.

Toda mi existencia adulta, desde que cumplí 20 años, terminé la carrera y entré a formar parte del conglomerado que conforman los individuos de una multinacional, ha girado en torno al trabajo: en casa, en la oficina, 7 días a la semana, los 365 días del año. He tenido vacaciones como todo el mundo, pero siempre he sabido buscar la excusa perfecta para volver antes a la oficina o para llevarme el trabajo de vacaciones.


No conozco a mis vecinos, apenas he hablado con mis compañeros de asuntos que no fuesen estrictamente laborales, a pesar de haber vivido prácticamente con ellos y  por supuesto, no tengo amigos ni familia, a los que di de lado hace muchísimo tiempo y de los que desconozco su situación. Han recibido tanto silencio de mi parte a sus llamadas y cartas, que ya no se molestan e invitarme a ningún evento o reunión.

Y ahora me encuentro con que no se qué hacer con mi vida. Me doy cuenta que no tengo ni idea de cómo se cocina, se ríe, de qué manera se ve una película  o como sacar partido a un libro que no sea una memoria de una empresa...

¿Es tarde para aprender hacer encajes o bordar?¿Es tarde para conocer a los vecinos o viajar sola, sin que sea por negocios, disfrutando de lo que vemos?¿Es tarde para encontrar amigos? .....¿Es tarde para empezar a vivir?.

Estoy acostumbrada a mirar la Bolsa, donde las acciones suben y bajan y fui viviendo en función de esos mercados, todo mi futuro lo hipotequé en ellos. He aprendido algo tarde, que el verdadero caudal de nuestra existencia es el tiempo. Ningún factor económico, político o existencial me hará recuperar los años, los días, los minutos perdidos...No hay marcha atrás.

Ahora es cuando empezaré a correr tras los sueños, que la mayoría de gente han cumplido y yo aún ni siquiera se cuales son.

Meteré este mensaje en una botella y lo lanzaré al mar, quizás me llegue una respuesta...

Pero esa, será otra historia....

No hay comentarios:

Publicar un comentario