Esta mañana tomando café estuve pensando que al cabo de los años he descubierto que me gusta escribir, algo insólito teniendo en cuenta que toda mi vida me he movido entre números.
Ahora estoy casi convencida que todo lo adquirimos en la infancia, todas aquellas características que con el paso de los años y el desarrollo de las mismas, nos convierte en los adultos que al final somos: la manera de ser, de pensar, de sentir, de imaginar…
Debo reconocer que los niños de nuestra generación fuimos privilegiados en estos aspectos, ya que tuvimos que poner a prueba todo nuestro ingenio y nuestra imaginación para sobrevivir a una vida de mucha escasez que no nos daban acceso o muy poco a juguetes, tampoco teníamos la televisión y claro está, aunque mis hijas no se lo creían, podíamos vivir sin móviles, sin videojuegos y sin facebook o tuenti.
Las generaciones de posguerra, con poco dinero y mucho tiempo aprendimos que por ejemplo:
• Con unas hojas de parra, unas moras silvestres , unas virutas de madera y unas piedras podíamos montar un hipermercado;En fin he meditado y creo que la imaginación empieza a desarrollarse a edades muy temprana y los que hemos tenido la fortuna de poder trabajarla mucho, jamás sabremos que es el aburrimiento.
• Un pequeño monte con algunas rocas, para nosotros eran castillos donde princesas encerradas por caballeros oscuros eran rescatadas por príncipes con espada de palo;
• unas sábanas y unas toallas de mamá nos daban la inspiración para crear diseños de alta costura y montar una auténtica pasarela Cibeles;
• descubrimos que 3 metros de elástico dan para pasar tardes muy divertidas compartiendo juego con las amigas y
• Aprendimos a reciclar y en las cajas de los zapatos teníamos todo un vestuario de papel para nuestras muñecas recortables, que ya quisiera tener la mismísima barbies
Ahora os toca a vosotros, echar a volar la vuestra y pensar en aquello que conseguisteis un día con solo una pizca de imaginación…
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