Ayer estuve en la Feria del Jamón. Nada más llegar, en una carpa para ellos solos, se encontraban los protagonistas, el cerdo ibérico. Es una raza muy especial caracterizada por el color oscuro de su piel y la pezuña pequeña. Debido a un peculiar rasgo genético, infiltran la grasa entre el músculo, dándole su color rojizo con veteado de grasa característico. Además influye para que el sabor sea más intenso que el del cerdo blanco.
A partir de octubre comienza la Montanera. Consiste en el traslado de los cerdos a la dehesa durante la época de invierno, cuando la bellota está perfecta para que se alimente exclusivamente de ella. Meses antes, los cerdos han estado un poco a dieta para que lleguen hambrientos al campo.
Después en el salón pudimos degustar la gran variedad de productos provenientes del cerdo ibérico y que se fabrican en esta zona: jamones, lomos y chacinas de todo tipo. Este año, hemos podido degustar, también, los quesos artesanales de nuestra comarca y catar los vinos del lugar. Este año he probado un vino dulce hecho de naranja excelente.
No hay feria en la que no se acompañen algo de artesanía acorde al tema y postres para terminar de endulzar un día perfecto.
Esperamos vuestras visitas el año que viene.
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