miércoles, 25 de abril de 2012

Reflexiones ante una taza de café: La Crisis


Me gustaría poner un pequeño grano de arena y media sonrisa, no  en un problema sino  EN EL PROBLEMA.
Vemos que a pesar de la crisis, los restaurantes, los cines, los centros comerciales están llenos. Los coches circulan por todas partes gastando un montón de combustible, la mayoría de las veces sin necesidad. Todo esto  lo comprobamos cada día en cada rincón de nuestra geografía.Otros viven la crisis en casa cuando toda  o parte de la familia se queda en paro.

Fijándome en esto, me doy cuenta que  no hay crisis general, las hay  particulares. Las personas que sigue trabajando, no les bajaron el sueldo y su empresa va bien (haberlas hay las, como las meigas),  no están en crisis y se irán al Caribe de vacaciones y en las boutiques del Corte Inglés se compraran  los trapitos de temporada. Por el contrario, las familias que tengan parados en sus hogares,  hablarán de la  crisis mientras  comen pipas en un banco del parque e irán al mercadillo a comprar las deportivas del niño.

En el fondo y en la forma,  la crisis como cualquier enfermedad o desgracia, es solo para quien la padece. Aquí no vale lo de empatizar, nadie se pone en el pellejo del que está pasándolo mal  y aún no tenemos conciencia colectiva que es un problema de todos, de los que trabajan y de los que no lo hacen.  

Otro día hablamos de las otras crisis que están de modas:
  • crisis de identidad.  Esta para dar de comer a los psicólogos,
  • crisis vocacional.  La iglesia también se queja, por supuesto, ¡!aquí faltan empleados¡! Si las condiciones labores se ajustaran más a los convenios de los trabajadores y menos a reglas totalmente obsoletas, quizás algunos más entrarían a formar parte del colectivo.
  •  crisis matrimonial. De ésta viven los abogados.
  •  crisis pre vacacional. ¡!madre mía, donde me meto el bikini del año pasado!! .Los dietistas  y herbolarios hacen el agosto en mayo.

 Y por supuesto la famosa y no menos importante
  •  crisis postvacacional. Ésta es de los que se lo han pasado  estupendamente  en las vacaciones y  les cuesta ir a trabajar. ¡! Que ya le gustaría a más de uno padecerla.!!

Teniendo y temiendo  una crisis por falta  imaginación, yo ya he pensado en lo anterior. El resto, si queréis  lo podéis hacer delante de un café.

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