martes, 4 de diciembre de 2012

Cuentos desde mi rincón: ¡Una noche de estreno!

En una pequeña ciudad de provincias, donde todos se conocen, estrenan una película en un cine engalanado para la ocasión. Los trajes de noche de los asistentes aportan la nota de glamour

Dentro, una pareja sentada en la fila trece  charla mientras espera que se apaguen las luces.

¿Cómo llevo tantos años agüantao? Si soy güeña, ¿por qué me castiga Dios con esta cru? ¡Eres un desgrasiao! Me juraste por tus muerto que hoy no ibas a beber y está que no te tienes en pie ¡malaje! Con lo qué m’ ha costao preparar to pa veni a un sitio legante!. M’he pasao media mañana en la peluquería y ni t’has fijao en er moño que m’ha hecho la Antonia, qu’este arrecogio solo sale en las revista; ni en er  vestio nuevo der mercaillo. Pos que sepas que m’ha dicho la Manuela la der Tieso que uno igua se lo había visto a la Prisli y que me quea iguar que a ella. En er barrio toas me preguntan que si estoy a plan. ¡Fijate! hasta la maestra der niño me llamó una cosa mu fina, que soy sirfidi me lo dijo hase poco cuando le dije que no me sobra ni pa jase una armondiga. Claro, que a la probesilla la sobran casi tos. Si la tuvieran que vender despiesá abastesía a toas las carniserías de la capitá ella sola. ¿Tas roncando?

—Que va quilla, antodavia no, tes ti escuchando. Anque si me dejas, echo solo una cabezá hasta que empiese, qu’he madrugao. He salió a por chatarra pa pagá  er vestio, er moño y er cine.

—¡Qué cuajo tienes gachó! ¡Si eres más flojo que un muelle guita!¡No me haigas hablar!  Si has estao en la taberna tor dia y yo gastándome un dinerá en ti. Veinte euros ma costao el jato que lleva puesto que pareses er Julio Iglesia. No merecías na ¡mamarracho! Y ponte derecho que  me tiene el hombro cansao.¡ Quita ya!, que toa esta gente va desi que paresemos novios. No me haigas gritarte y despierta que no está el forraje pa pitaeras. ¡Mira, ya empieza!

Cuatro filas más atrás, mientras nuestros protagonistas mantienen su peculiar conversación, dos mujeres de mediana edad cuchichean a la espera  que comience el film.

—Purita fíjate en esa pareja de ahí delante. Se ven tan encantadores haciéndose arrumacos. Solo tienes que mirarlos para saber lo felices que son. ¡Qué tiernos! él apoyado en el hombro de ella escuchando embelesado todo lo que le cuenta.

—¿Qué me dices del moño de ella, Cuqui? Su peluquero debe odiarla. ¿Y el vestido? No he visto el resto, pero ese cuello alto de lentejuelas brilla con luz propia. El acomodador no necesitará linterna para sentar a los rezagados

—¡Qué cosas tienes!, no seas mala. Leí en el Informaciones que los Cañero dan una fiesta. La pareja de delante deben ser sus primos, los Artuaga. Han venido desde Estados Unidos para el evento. La sirvienta de  los Cañero le dijo a la mía que los primos de su jefe tenían ganas de ver esta película. Son ellos seguro, los he reconocido por la foto de la portada del Hola, cuando llegaron al aeropuerto. En la revista se comentaba que ella era una arquitecta  muy famosa y  él un reputado empresario. Y Purita ese vestido lo vi en el escaparate de  Versace, rondaba los 12.000 euros. Estuve a punto de comprarlo, pero ya sabes que el plateado no me favorece.

—¡No me digas, Cuqui!

—¿Qué te parece si cuando acabe la película, a la salida, nos acercamos a saludarles? Ahora mismo llamo a Ridruejo, el fotógrafo, y le digo que nos espere en la puerta para que nos haga un robado con ellos. Purita, espera que nos vean en portadas. Estoy deseando que llegue el sábado, en la partida de brigde se morirán de envidia.

—Si llego a saberlo me pongo el traje azul de Lacroix y no éste Adolfo Dominguez que no me estiliza. Se va a notar que este año aún no he ido a la Buchinger .  Por favor,  no se te ocurra comentar lo que he dicho sobre el peinado. Con esta penumbra,  no me había percatado, pero la verdad, es que le queda monísimo ese moño alto y realza su elegancia natural.

—Después del estreno tenemos un cóctel con los Sandoval. Aunque quizás los Artuaga nos inviten a acompañarles a la fiesta y claro, no debemos hacerles un desplante. Total, los Sandoval no tienen categoría solo dinero.

Las luces se apagan y comienza el espectáculo. Hoy doble función: la primera en la gran pantalla y la segunda… a la salida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario