lunes, 1 de octubre de 2012

Nuestra historia: Capítulo 21º


Este siglo (el XIX) se vio azotado por varias epidemias en varios años.
La que más afectó a esta localidad fue la de "cólera morbo", declarada al final de 1.855.

A causa de dicha enfermedad se registraron algunas defunciones. Dificultaba el poder combatirla un gran temporal que impidió ir a otros lugares a buscar el remedio y que ocasionó una gran carestía de alimentos, sobre todo entre la clase más humilde.

Para precaver el contagio de esta villa, la Junta de Sanidad adopta una serie de medidas higiénicas, a saber:

- Prohibición de la venta de carnes, pescado, frutas y demás artículos de comer en malas condiciones de higiene.
- Que se derramen inmediatamente las bebidas alcohólicas en que se note un principio de fermentación.
- También se cuidará de no depositar en las calles y corrales, ni en las inmediaciones de la población sustancias capaces de infectar la atmósfera, ni arrojar aguas sucias a la calle.
- No se permitirá al ganado de cerda transcurrir por la calle.
Y además daban las siguientes recomendaciones para evitar el contagio:
- Que los alimentos sean de sustancias frescas y de buenas condiciones nutritivas, cuidando tener las habitaciones ventiladas y limpias sin depositar en ellas ropa sucia.
- Que los vestidos que se usen sean limpios, secos y de abrigo, no olvidando que todo cuanto tenga tendencias a perturbar las funciones digestivas son causa que predisponen a la adquisición de los males.
- Que no se alteren las costumbres respecto de la alimentación o trabajo y demás actos de la vida, pues estos cambios pueden producir causas de predisposición a la adquisición del mal. 


Una de las principales fuentes de contagio de estas epidemias (cólera) y de otras enfermedades se encontraba al final de la calle San Francisco. En este lugar estaba el Cementerio Público.

En marzo de 1.866 los vecinos de la citada calle hacen diversas reclamaciones pidiendo la construcción de un nuevo cementerio que supliese al que estaba al final de su calle, alegando los malos olores y los peligros de contagio al haber sido enterradas en él algunas personas que murieron de cólera en los años 1.855 y 1.856.

El Ayuntamiento reconoció lo justo de las razones y buscó un lugar donde construir el nuevo cementerio. Se eligió el espacio que mediaba entre la "Huerta del Pozo Nuevo" y "Fuente de Abajo" (hoy Pilar de los Árboles),al Poniente de la población, sin determinar punto fijo.

La década de los cincuenta transcurre sin más incidentes de vital importancia que el ya mencionado de la epidemia de cólera y los anuales requerimientos de división del campo común.
                                                    (D. Miguel Gómez Gónzalez -Historia de Castillejos)



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