lunes, 2 de abril de 2012

Nuestra historia... capítulo 6º

El siglo XIX empezó mal para la península, sobretodo para los cuatro Reinos de Andalucía, donde se propagó una epidemia de "calentura biliosa amarilla" que tuvo incomunicado el sur  con el resto país. Nuestro pueblo no se vio afectado, pero sufrió multitud de ordenanzas para evitar la propagación y el contagio. Una de ellas consistió en tapiar las entradas de algunas calles y callejas para evitar en lo posible la entrada en el pueblo de personas afectadas, acción que no debió gustar mucho a los vecinos, ya que eran derribadas por la noche.

A principios de siglo la población de Castillejos seguía aumentando, siendo en julio de 1806 de más de 4000 habitantes, con solo dos extranjeros venidos del vecino reino de Portugal. Por este motivo, el núcleo urbano se vio ampliado con nuevas calles: "la Cruz" y ""Valle de Santa Ana".

Los últimos años del reinado de Carlos IV fueron confusos y con muchas intrigas. Las noticias llegaban a los pueblos de manera tardía  y las comentaban preocupados por el futuro del reino.

La inquietud pendía en los corazones de los españoles que contemplaban el paso del ejército de Napoleón, sobre todo aquellas villas y lugares, que por encontrarse en el camino obligado hacia la frontera portuguesa, debían soportar casi a diario la presencia de las tropas, ya no solo las del Ejercito español, sino lo que era aún peor, los que vestían uniforme extranjero. Castillejos sufrió mucho con la presencia de estos soldados.

Para calmar los ánimos del pueblo español, el Rey Carlos IV, convencido de la buena fe de nuestros vecinos los franceses, solicita mediante Real Decreto del 16 de marzo de 1808 tranquilidad a los ciudadanos y se porten con cortesía con el ejercito de Napoleón solo de paso por nuestras tierras. Tres días después de esta carta, el rey abdica a favor de su hijo por problemas de salud  y el 21 de marzo del mismo mes, el Rey protesta por su abdicación y dice que fue forzado a hacerlo. El pueblo se enfrenta a una situación de total confusión.
Poco después de estas cartas, el 30 de abril, eran "apresados"" padre e hijo en Bayona y obligados a abdicar en favor de José, hermano de Napoleón.

                                        (Textos basados en la Historia de D. Miguel Gómez González)

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